Mochileros por latinoamérica: La cordillera Blanca

Hola estimadxs lectores, seguimos posteando desde El Ombligo del mundo, la ciudad de Cuzco. Como es menester, primero os contaremos lo que descubrimos en la anterior etapa.

La cordillera Blanca es una sucesión de montañas nevadas y que confronta con la cordillera Negra. La primera de ellas gana en esplendor ya que esta rociada con una capa de nieve constante debido a su gran altitud.

En Huaraz, situada en el medio de estas dos cordilleras, está el núcleo urbano desde donde parten cientos de aventurerxs dispuestxs a realizar deportes de aventura como trekking, senderismo, mountain bike, puenting etc.

A allí llegamos muy pronto por la mañana y en la propia estación de buses nos "asaltó" el regente de un hospedaje donde soltamos todos nuestros bártulos. Allí mismo nos ofreció su programa de excursiones a la montaña. Como no había tiempo que perder optamos por alquilar unas bicis para hacer el descenso de las lagunas de Llanganuco no teniendo tiempo para descansar nada.

Metimos las bicis en un bus turístico que nos transportó a la ciudad de Yungay, que es la ultima población antes de la subida a las lagunas. Tardamos dos horas más de lo previsto en llegar hasta los 3850 metros, ya que antes fue haciendo paradas turísticas para por ejemplo visitar la antigua ciudad de Yungay. Esta ciudad fue completamente sepultada despues una avalancha en 1970 dejando 20.000 víctimas, la mayoría enterradas en el famoso cementerio circular.

Cuando llegamos arriba quedamos prendidos de la suprema belleza que desprende la primera de estas lagunas. Las fotos hablan por si solas.

Vistas estas lagunas iniciamos el descenso de unos 30 km por una carretera arenosa y pedregosa que puso a prueba nuestros bracitos hasta volver a Yungay y tomar una Combi de vuelta a Huaraz.

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El segundo día hicimos una ruta de Trekking para conocer otra laguna llamada Churup, a los pies del nevado que tiene el mismo nombre acompañados por un guía local muy majete. En total casi tres horas de subida y otras tantas de bajada. Aquí pude conocer el llamado "Soroche" o mal de altura que pegó una buena leche ya que no tomamos nada previamente para evitarlo.

Por la noche, antes de tomar el bus hacia Lima descansamos un rato del palizón de los dos días cenándonos una rica lasagna vegetal. De momento en nuestro viaje hemos encontrado bastante oferta gastronómica vegetariana y ultimamente no hemos comido tanto arroz.

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En Lima pudimos descansar durante todo el día donde volvimos a ser maravillosamente acogidos por Luis y su familia que nos alimentaron, nos prestaron su ducha y su lavadora y disfrutamos de su agradable compañía. Muchísimas gracias otra vez.

Y trasnochando en el aeropuerto sin apenas dormir y volando en un periquete nos hemos plantado en Cuzco desde donde tecleo en un ciber que no me deja ordenar las fotos. Os pongo todas a ellas a continuación. Nos despedimos hasta la próxima. Besos incas.