Dentro de la Patagonia Argentina se encuentra la Región de los Lagos y San Carlos de Bariloche o Bariloche a secas es el principal núcleo de población y de turismo. Esta ciudad, vigilada por el giganteso lago Nauhel Huapi es una excelente punto para disfrutar de muchos más lagos, montañas nevadas y verdísima vegetación.
Llegamos allí con un objetivo claro: El reencuentro de Juan con su amor Cecile que se unió a nosotros muy felizmente para pasar el fin de año y principio del que viene y descubrir un poquito de la magia de este país. Ahora el grupo es de tres pero mañana mañana es el día señalado para otro reencuentro y completar el grupo de cuatro. Ya os contaremos a su debido tiempo, ahora os contamos lo que hemos hecho estos tres últimos días.
Durante la escala en San Martín de los Andes que os contábamos en el anterior post nos encontramos en la estación de buses con un sudafricano llamado Christopher que también iba camino de Bariloche y al que le pareció estupenda la idea de que alquilaramos un coche entre todxs para conocer la denominada ruta de los Siete Lagos.
Nada más llegar a Bariloche consultamos la oferta de alquiler y nos hicimos con un auto que resultaba muy económico y además era nuevo a estrenar.
El coche nos sirvió para transportarnos al hostel donde nos alojamos, una lindísima casa de madera a los pies del lago con muy buenas vistas a los montes que se encontraba a unos siete kilómetros del centro.
Al día siguiente desde bien temprano pude comenzar a apagar mi síndrome de abstinencia de conducción trás más de 300 km conociendo esta preciosísima ruta. Realmente el paisaje aunque bello es bastante uniforme y al final del día acabamos completamente saciados de ver lagos.
Esa noche volvimos a dormir en el mismo hostel, que dejamos al día siguiente para poder estar más cerca de la ciudad y no depender de transporte. No solemos hablar mucho de los alojamientos donde estamos, pero este nos hizo sentir maravillosamente, un sitio muy tranquilo, bonito, cuidado, super bien equipado y con unos dueñxs amabilísimxs.
Tras realojarnos en otro sitio iniciamos la excursión al Cerro Campanario, un lugar desde donde se obtienen unas preciosas vistas dificilmente descriptibles incluso con las fotografías. Creo que repetí varias veces que esta zona recuerda un montón a Suiza (y eso que nunca he estado en Suiza).
Precisamente esta tarde la pasamos en la denominada Aldea Suiza que fue formada por inmigrantes suizos donde bebimos cerveza artesanal y a la que llegamos a dedo (ya vamos adquiriendo práctica).
Nuestro último día allí también lo pasamos con Christopher, con el que compartimos alojamiento en nuestro nuevo hostel. Esta vez en autobús fuimos a conocer el Lago Gutierrez y la Cascada de los Duendes. La verdad es que creo que le dedicamos el tiempo que se merece a esta zona ya que es un sitio que relaja un montón y en el que dan ganas de quedarse, pero el paisaje resulta poco novedoso tras tres días.
Mañana tenemos que estar en El Calafate para el reencuentro que comentaba más arriba, pero la distancia que separa a esta ciudad y a Bariloche es equiparable a la de Madrid con Frankfurt.
Después de compartir una cerveza de despedida con Chris tomamos un bus nocturno durante catorce horas para iniciar el largo viaje. Ahora escribo desde la primera escala, en la poco interesante ciudad de Comodoro Rivadavia, a orillas del Atlántico donde estamos pasando ocho horas.
Esta noche volveremos a dormir en un bus cama en un viaje que durará once horas para llegar a Río Gallegos y de ahí tomar un último colectivo durante otras últimas cuatro.
Como noticia del día, Juan (y yo) se solidariza con trabajadorxs y extrabajadorxs de Air Comet ya que nos hemos enterado de que la compañía ha cerrado y un montón de gente se va a ir a la calle. Este comentario no tendría sentido en este blog si no fuera porque Juan tenía el billete de vuelta a Madrid comprado con esta compañía así que ahora estaremos atentos a como se desarrolla el culebrón y ver de que manera vuelve Juan a Europa.
Nos despedimos muy calurosamente, deseando unos felices reencuentros, comilonas y todo eso que se dice a finales de Diciembre. Sinceramente el espíritu de la Navidad no esta muy vivo en nosotros y aún es más dificil de sentir cuando vistes pantalón corto y tienes la piel quemada por el sol pero aún así os deseamos toda la felicidad del mundo y no solo en estas fechas si no todos los días. Un beso muy muy fuerte.
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Hola viajerxs!
ResponderEliminarLo siento,estoy de vacas y no es facil para escribiros.
Por ahora no tengo las piernas (sin pelo claro! ) al sol porque estoy esquiando en la montana cerca de Suiza.
Estoy preocupada por el vuelo de Juan, ,es que le espero en Paris...
Juan,damenotocias que yo sepa.
Pero por ahora aprpvechad de vuestrxs nuevos companerxs de viaje.
Felices Navidades pa' los 4.
Un monton de besos para compartir.
AnSo
Ey, felices fiestas a todos, y ojala que Juan pueda volver, pero por lo que se oye no creo que sea el dia previsto... suerte!
ResponderEliminarJanfri