martes, 15 de diciembre de 2009

Persiguiendo los Andes

¡Hola de nuevo, estimadísimxs! Nos encontramos en la tranquila y apacible localidad de Junín de los Andes, a los pies de esta larguísima cordillera. Para llegar hasta aquí hemos pasado una semanita de aventuras y kilómetros que paso a contaros ordenadamente:

La última vez que pulsaba las teclas os contábamos que estabamos en Malargüe, un pueblito no muy lejos de los Andes al que fuimos con un objetivo claro: Conocer La Payunia, lugar con la mayor densidad de volcanes del mundo situado a 200 km de allí.

Para llegar contratamos un tour organizado pese a que no nos gusta este modelo de conocer las cosas. No tuvimos más remedio que optar por este método ya que el sitio está muy lejos y el acceso es complicado. De esto se aprovechan las agencias para ofrecer un precio bastante elevado. Por si fuera poco, tuvimos que esperar un día para que la agencia formara un grupo de mínimo cinco personas.

Durante este día de espera fuimos a conocer los Castillos de Pincheira, una formación natural en la ladera de una montaña muy pintoresca. Al encontrarse a casi 30 km de Malargüe, y no habiendo transporte público para allá decidimos probar por primera vez eso del Auto-Stop.

Nos recogió un R12 ranchera conducido por una mujer que jamás había conducido anteriormente y que no tenía licencia de conducción. Estaba siendo enseñada por un hombre que hacía las veces de copiloto. Antes de subir nos explicaron el panorama por si no nos atrevíamos a subir, pero debido al poco tráfico que había por ahí decidimos aventurarnos, con final feliz. Llegamos de una pieza tras unos cuantos kilómetros de "eses" y acercamientos bruscos a los límites de la carretera. ¡Que bonita experiencia para contar!













Tras tomar estas fantásticas instantáneas y dormir una siesta de libro, retornamos a la ciudad a bordo de un bus escolar que había pasado un día de excursión allí y que estaba repleto de hordas de niñxs a punto de comenzar sus vacaciones de verano. Si, nosotros estamos en verano y el curso acaba ahora y no empieza hasta Marzo, que morro, ¿eh?

Bien temprano al día siguiente comenzamos nuestra excursión hacia la zona volcánica. Antes de llegar conocimos a estos simpáticos animalitos.









Este sitio realmente parece otro planeta. El suelo está formado por lo que en un pasado fue lava pura, ahora pequeñas piedrecitas. Practicamente no hay vegetación y la que hay es bastante poco alegre. Hay volcanes allá donde mires y restos de lava que forman figuras tan curiosas como estas.



La lava en estado sólido es bastante ligera y por un momento pudimos sentirnos muy forzudos levantando piedras de gran tamaño pero que realmente no eran muy pesadas.














El tour consistió basicamente en lo que consiste un tour organizado, se avanza con la furgo llena de turistas, se para para hacer las fotos y se continúa. Realmente descubrimos lugares increíbles pero no nos dió tiempo a sentir la evasión de este mundo para introducirnos en lo que nos inspiraba el lugar.







Volvimos a Malargüe después de una sobredosis de kilómetros y furgo para esa misma noche iniciar un largo viaje diciendo hasta luego a la cordillera más larga de América y casi del mundo. El objetivo era llegar donde nos encontramos ahora, Junín de los Andes, pero las comunicaciones en esa zona no son buenas y tuvimos que tomar un montón de combinaciones.

La primera fue retroceder unos cientos de kilómetros al norte hasta San Rafael, donde llegamos a las 3 de la mañana y teníamos que esperar hasta las 22h. Cuando amaneció tras unas cervezas de madrugada y sin dormir más que una siesta parquera decidimos aprovechar para conocer el dique de Valle Grande, un precioso lugar donde pasamos la mayor parte del día, nos refrescamos y conocimos a diferentes personas.







Tras el viaje nocturno durmiendo como bebitos, llegamos a Cipolleti donde esperamos otro par de horas y tomamos el último bus rumbo a nuestro destino final tras casi 48 horas sin posarnos sobre una cama. Así fue nuestra entrada en la región de La Patagonia.

---

Este apacible pueblo es una buena vía de exploración del Parque Nacional Lanín, una región con varios lagos, diferentes rutas de trekking y vigilado por su vistoso volcán. También viene mucha gente de otros lugares a para la pesca de la trucha, afición que desde luego poco va con nosotros.

Tras un día de merecido relax, paseos por el río y por el cerro y cocinarnos comidas apetitosísimas, nos preparamos para hacer un trekking hasta la mitad del volcán. Para ello, madrugando bastante tomamos un bus que nos dejó en sus pies para comenzar a caminar a las ocho de la mañana. Nos volvió a pasar que al inicio de la marcha nos encontramos con un perrito simpatiquísimo que nos acompañó durante todo el trayecto dándonos un poco de cariño y ayudándonos haciendo de guía.













Realmente estamos en forma y la marcha que nos decían duraba entre tres y cinco horas la clavamos en tres. Durante varios puntos el camino estaba cubierto de nieve y empinado ya que ascendimos subiendo directamente por la ladera de la montaña. La meta fue un refugio militar donde a partir de ahí el camino es todo el rato sobre nieve y no contábamos con el equipo necesario.








Las vistas desde ese punto eran simplemente increíbles. La cordillera andina a un lado, varios lagos y más montañas cubiertas de nieve nos hicieron pensar que nos encontrábamos ante lo más bonito que hemos visto de Argentina hasta ahora. Después de relajar cuerpo y mente iniciamos la bajada con nuestro amigo canino.

Para volver a Junín volvimos a tirar de dedo gordo y con paciencia fuimos recogidos y devueltos. La verdad es que es un sistema que funciona muy bien en este país. No está mal visto sino todo lo contrario. Durante el camino ya hemos conocido varias personas que usan este método ultra económico de viajar.

Mañana escapamos de aquí para conocer San Martín de los Andes, pasar la tarde en Bariloche y tratar de llegar a El Bolsón. Pero no voy a adelantar acontecimientos y si veo que merece la pena actualizaré mañana con las fotos y como hemos dedicado el día. ¡Muchos besos andinos!
----
17/12/09

Actualizo el post con un chorrón de fotos y aprovecho para contaros un poquito más:

San Martín de los Andes es una muy bonita localidad más grande que Junín y mucho más turística. Es un sitio muy agradable que descansa a las orillas de un lago y que tiene sus calles repletas de árboles y rosales. Pocas horas estuvimos mientras esperábamos el bus a Bariloche, pero anduvimos un buen paseo hasta lo alto de un monte donde apreciamos la magnitud del lago.











En Bariloche tan sólo estuvimos para hacer transbordo hacia El Bolsón (lugar desde donde escribo) aunque mañana mismo volvemos allá para encontrarnos con la nueva mochilera cervecera que se nos unirá al viaje.

Este pueblo tiene fama de ser uno de los pueblos más jipis de Argentina. Hay varias fábricas de cerveza artesanal y todos los días se puede disfrutar de un mercado de artesanía en la plaza central donde también se puede degustar variada comida vegetariana. Sus alrededores son montañas forradas de árboles que forman profundos bosques y ríos con cascadas.




Para aprovechar bien el día, nos hicimos con unas bicicletas de alquiler y pedaleamos con fuerza para ver el río Azul, la Cabeza del Indio y un par de cascadas que ahora bajan fortísimas debido al deshielo. Tras el ejercicio físico y como no podía ser de otra manera nos comimos unas milanesas de soja con un litro de cerveza local tirados en la plaza central.















Como habéis podido comprobar esta región promete un montón. Nos despedimos ya con muchos besos Patagónicos y agradeciendo de corazón los comentarios que aún sin fotos han aparecido rapidísmo. ¡Hasta muy pronto!

7 comentarios:

  1. Siempre he sido y sere defensor del autostop,por supuesto que corre de boca en boca de uno al que cogieron y asesino a toda una familia y cosas por el estilo,pero es como todo meter el miedo en el cuerpo de gente quizas como excusa para la nula accion de apoyo hacia los demas.
    Vais a daros unas "tupas" de autobus de aupa.Pero los autobuses en Argentina la verdad es que en general son muy buenos.
    Besos.ricar

    ResponderEliminar
  2. Ey tio, pues cuando pilles a ese tal "Andes" ten cuidado con él, que dicen por ahi que hay canivales y todo que juegan al rugby...yo me andaría con mucho ojito, que no todo el mundo es vegetariano!.

    Besitos...

    PD:Hala Madrid!

    ResponderEliminar
  3. canibales, no canivales!

    PD: Viva Gordillo!

    ResponderEliminar
  4. Jaja, viva Gordillo y la Quinta del Buitre si señor, si es que ya no sigo el futbol porque ya no es lo que era :) Gracias por tu comentario campeón, me he reído un buen rato.

    ResponderEliminar
  5. Muy bonitas las fotos.La zona del Bariloche la habia visto anteriormente pues un guardacostas (socorrista) siempre me las enseñaba y es realmente bonita.Ahora contraatacare.Ricar

    ResponderEliminar
  6. ¿El enigma de la mano?
    De quien es la mano que sujeta al armadillo...la unica referencia es una correa de reloj.Pero no se ve en ninguna foto que lleveis reloj.
    ¿habia una tercera persona...?

    ResponderEliminar
  7. KARLOS dijo...

    El enigma de la mano, ¡que bonito título!

    Si el lector o lectora lee detenida y atentamente el post, se percatará de que fuimos parte de una excursión que organizaba una agencia con un grupo de mínimo cinco personas. Es por lo tanto lógico que había más gente aparte de nosotros. La respuesta al enigma no la voy a desvelar, dejando paso a que podais averiguarlo. Como pista creo que se podría deducir que el reloj pertenece a una persona que podría estar interesada en saber en todo momento la hora. ¿Alguna idea, afamadxs lectorxs?

    ResponderEliminar