Mucho que contar

Hace mucho tiempo que no posteaba, se me hace raro estar frente a la pantalla de la "compu" de nuevo para contaros todo el chorro de cosas a las que hemos dedicado el tiempo ultimamente. Voy a intentar ser breve, pero no se si lo voy a conseguir. Id a buscar algo a la nevera, acomodaos y preparaos para un nuevo capítulo de nuestras aventuras.

La ultima vez que tecleaba por aquí nos encontrábamos en San Juan, donde estuvimos más días de lo pensado. Nos atrapó su hostel limpísimo, con un personal muy amable y por supuesto su jacuzzi en el techo que nos refrescó de las altas temperaturas que se registraron.

Dedicamos tres días a no hacer practicamente nada. No pensar en rutas o trayectos, no movernos mucho, leer un poco, charlar con más viajerxs y también pasear por la ciudad y ver señales de tráfico tan curiosas como esta. Realmente recargamos la barrita de energía a tope.

No es por hacer publicidad, pero esta gaseosa llamada Paso de los Toros nos hizo bastante gracia. No se vosotrxs, pero nosotros pasamos bastante de los toros. Por supuesto no de los animalitos si no de la matanza nacional.

No muy lejos de la ciudad está la localidad de Zonda, donde conocimos un lugar en el que hacen cava. Es muy peculiar porque está construido dentro de una montaña y la temperatura que hay en el interior es ideal para procesar esta bebida.

En este lugar también visitamos un museo de ciencias naturales que está dentro de una cueva. El museo en sí no es muy interesante, tiene huesos, fósiles, antiguas herramientas de civilizaciones pasadas y todo ese tipo de cosas. Lo realmente interesante del museo es su propietario, el señor Domingo Castro, un apasionado que dedica su vida a lo que posee en el interior de esa cueva y que nos contó curiosas teorías acerca del origen extraterrestre de la raza humana en un periodo brevísimo de tiempo. Si, habéis leído bien: extraterrestre :)

Tras estos días de relax nos dirigimos a Mendoza, la capital del vino. Aquí nos encontramos de nuevo con Sarah, una simpatiquísima chica de Canadá que conocimos en Cafayate y que se convirtió en nuestra nueva compañera de viaje.

Llegamos tarde, con los estomagos vacíos y dispuestos a comernos unas cuantas toneladas de comida. Topamos con un "tenedor libre" o sea un "come todo lo que puedas" que estaba en promoción de apertura con un precio super económico. Por menos de tres euros comimos unos platos vegetarianos exquísitos, cocinados cuidadosisimente y completamente variados. También gozamos de ensaladas y postres pasteleros para chuparse los dedos y desgastarlos. Creo que es la vez que mejor hemos comido en la vida en relación calidad-precio. No exageramos ni un poquito, hasta tres veces volvimos :D

En este área de Mendoza se produce una gran cantidad de vino debido a sus ideales condiciones meteorológicas y en sus alrededores hay cientos de viñedos con sus correspondientes bodegas. Como no podía ser de otra manera fuimos a hacer la denominada ruta del vino a un pueblito llamado Maipu. Aquí alquilamos unas bicicletas para dedicar un día completo a conocer como se producen y trabajan las uvas.

Visitamos una fábrica de aceite de oliva, dos bodegas de vino y un negocio familiar de licores y chocolates. Por supuesto todos esos sitios con sus correspondientes degustaciones. Nos encantó una bodega denominada La Rural donde nos dejaron pasear libre y gratuitamente por el lugar donde se encuentra toda la maquinaria para producir el vino de manera industrial.

Quizá algunxs lectores os esteis preguntando si es compatible el hacer una ruta de vino sobre una bicicleta. Nosotros nos preguntamos lo mismo al comenzar pero pese a que catamos diferentes tipos de vino, no abusamos de ellos para entrar en estado de embriaguez. Volvimos a Mendoza enterxs.

Al día siguiente fuimos a Cacheuta. Este desestresante lugar se encuentra en un valle rodeado de montañas. El principal atractivo son sus aguas termales. El sitio recuerda a un parque acuático natural. Las piscinas tienen agua con diferentes temperaturas, desde muy caliente donde realmente duele el cuerpo al sumergirse, hasta una refrescante piscina con chorros. Lo único un poco negativo es que estaba lleno familias que iban a dominguear repletas de niñxs que desahogaban sus gargantas mientras chapoteaban en el agua y que rompía la armonía del lugar.

De Mendoza ciudad pero sin salir de la provincia con el mismo nombre nos escapamos un par de días con un objetivo claro: Conocer en persona el Aconcagua, el pico más alto de América y casi del mundo. Para ello fuimos nuestro grupo de tres a la localidad de Uspallata, un pequeño pueblo lleno de árboles con carreteras sin asfaltar y rodeado de maravillosas montañas. Después de alojarnos en un hostel muy acogedor hicimos la primera excursión a lo alto de un cerro donde vimos un bonito atardecer y nos sentimos felices de estar lejos de una gran ciudad y todo lo que conlleva.

El segundo día amaneció demasiado nublado escupiendo lluvia en algunos momentos. Con este clima nos recomendaron no ir al Aconcagua ya que podríamos no verlo así que lo dedicamos a caminar y hacer una pequeña excursión por los alrededores.

Parece ser que el mal clima que hizo fue compensado al día siguiente con un maravilloso sol esplendoroso. Las nubes decidieron irse a otra parte y nos fuimos al Parque Nacional Aconcagua tras un par de horas en "colectivo" (nombre que se le da a los buses en Argentina y más países latinos).

Antes de caminar a la entrada del parque y ya rodeados de picos nevados vimos este maravilloso Puente del Inca que parece sacado de un cuento.

Caminando con nuestras piernitas llegamos hasta el Mirador del Aconcagua desde donde se divisa esta impresionante montaña en todo su esplendor. También vimos varias lagunitas y caminamos durante bastante rato.

Nos quedamos con ganas de pisar sus lomas pero desgraciadamente no teníamos tiempo ya que hay que dedicarle más tiempo para que merezca la pena y nos compensaba volver a Mendoza para no tener que pasar otra noche en Uspallata. Es lo malo que tiene depender de horarios de bus y no tener un vehículo, limita a la hora de ver y disfrutar muchas cosas.

De nuevo en Mendoza nos despedimos de Sarah que de momento toma un rumbo diferente y viajamos en bus hasta donde nos encontramos ahora, la pequeña localidad de Malargüe.

A 200 kilómetros de aquí se encuentra Payunia, la mayor concentración de volcanes del mundo y la vamos a conocer mañana en una excursión que durará todo el día. A la vuelta viajaremos para alcanzar nuestro próximo destino: Junín de los Andes.

Nos despedimos nos sin antes pedir disculpas por llevar tanto tiempo sin actualizar. Gracias por esos mails pidiendo noticias y todos los comentarios que nos dejais. ¡Esperamos que sigan! Un beso fortísimo, no paseis mucho frío y abrigaos bien.